Cecco Angiolieri

Me detengo en la figura de Cecco Angiolieri por Giuseppe Petronio: «Nació probablemente en Siena, hacia 1260. De familia noble, fue un personaje bohemio y refractario a cualquier disciplina. Pésimo administrador de sus bienes, tras su muerte, ocurrida poco antes de 1312, sus hijos renunciaron a la herencia por las deudas que pesaban sobre ella. De vida desordenada, fue probablemente expulsado de Siena por razones políticas antes de 1300. Sus rasgos se fijaron en el recuerdo de sus contemporáneos y de la posteridad como los de un despreocupado vagabundo: un cuento de Boccaccio (Dec., IX, 4) escrito treinta o cuarenta años después de su muerte lo representa como un burlador burlado, demostrando que sobre su figura se había formado ya una auténtica leyenda». Y es que son este tipo de personajes los que me redimen y reconcilian con el mundo; santos y calaveras; o como escribía Pizarnik: «Los únicos jóvenes que acepto son los bizcos, los cojos, los poetas, los homosexuales, los viudos inconsolables, los frustrados, los obsesionados, sean condes o mendigos, comunistas o monárquicos, mujeres, hombres, andróginos o castrados)».

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