Todos queremos ser amados

Todos queremos ser amados; pero las mujeres, más. 

Todos queremos ser escuchados; pero las mujeres, más. 

Todos queremos abrazar la vida; pero las mujeres, más.

Todos queremos sonreír; pero las mujeres, más.

Todos queremos amar; pero las mujeres, más.

Si el hombre quiere un hijo, la mujer, más.

Ningún hombre compite con la belleza de la mujer, ni con su generosidad, resistencia, abnegación... Ningún hombre compite con una mujer en cuanto a lo mejor que ambos pueden ofrecer de sí mismos. La mujer siempre es más y mejor que el hombre en lo que a la virtud se refiere.

Por la fiel y abnegada Penélope pronunció el divinal Ulises estas airadas palabras: «Sopórtalo, pues, corazón, que cosas más perras soportaste antaño». 

La mujer es el corazón, el cerebro y la esperanza del hombre.

La mujer es la madre de todos los hombres.

Jesús de la Palma 

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