Ricos y pobres; buenos y malos
Se puede ser un malnacido en todas las circunstancias, pero llevar a cabo la vocación de servicio requiere una posición. Esto es, que no se puede prestar ayuda si se está en situación de necesidad. Así, hay millonarios despiadados y filántropos. Pero no hay pobres desinteresados. La narrativa del mundo es tan perversa como la falacia que la sostiene: genera pobres para tener culpables a los que condenar y víctimas a las que socorrer. Las cárceles, así como las colas de desempleados, se llenan de pobres para vaciar de culpa la conciencia de los ricos. Uno que nazca pobre estará condenado a recibir ayuda, del mismo modo que el favorecido por su posición social podrá elegir entre ser un canalla o un filántropo. El mundo social se ha dividido siempre entre ricos y pobres, o afortunados y desgraciados, más que entre buenos y malos, o miserables y gentes de bien.
Jesús de la Palma
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