Narices

No se puede saber nada de nadie por su nariz. Eso sería una parida propia de la frenología. No se puede conocer ni juzgar a nadie por sus características físicas. Por otra parte, no es menos cierto que la nariz es la primera particularidad del rostro que nos entra por los ojos. Sobre todo con las narices grandes, angulosas, sucede que el primer contacto visual causa un impacto que conduce al rechazo; más si cabe siendo además la nariz asimétrica. Sin embargo, no es extraño que baste un tiempo, el necesario para acostumbrar el ojo a la misma, para que ese inicial rechazo se torne en irresistible atracción.

Jesús de la Palma 

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