Sensualidad

No sé cuántas veces he escrito uno de mis parrafitos diciendo que soy feliz en torno a una mesa con mujeres. No creo que muchas, pero un par como mínimo, sí. Siempre me han fascinado las mujeres, aunque ya no del mismo modo que cuando era joven. Ahora la seducción ha pasado a un segundo plano por varios motivos. Y no, nunca he sido un seductor al uso, un conquistador; cuando hablo de seducción, lo hago en términos más amplios que ese reduccionismo ramplón que solo entiende de sexo. Hay más sensualidad en una mirada, en una palabra, que en toda una noche de erotismo. Pero eso los hombres solo lo entendemos con la edad. De este modo, me he sentido muy identificado con estas declaraciones de Michael Haneke en su libro de entrevistas titulado Haneke por Haneke, a saber: «Lo reconozco, las mujeres me interesan más que los hombres. Incluso han llegado a decirme que soy un director de mujeres. Me interesan porque son más complejas que los hombres. Y también porque a menudo son víctimas. Y las víctimas siempre me han parecido más interesantes que los verdugos».

Jesús de la Palma 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”

Cuajo