Negrura en el horizonte
Las viñetas satíricas hacen su trabajo, pero es difícil luchar contra la propaganda gubernamental, así como contra los intereses de las grandes multinacionales, pues se apropian del lenguaje de forma clínicamente malintencionada. Pondré como ejemplo el anuncio de una entidad bancaria que utiliza el eslogan "la cuenta no cuenta", donde se asevera, con total naturalidad, que, como nos hemos convertido en una sociedad nómada (como si ser nómada fuera algo que está de moda y no un evidente signo de pobreza y precariedad), sus cuentas no tienen ni comisiones ni condiciones. Y mientras tanto, la juventud, lejos de ejercer el derecho de protesta, alienada como está por la publicidad depredadora de las grandes marcas, que controlan el consumo y el pensamiento a través de la idea de que no venden solo una marca, sino una identidad, un estatus; la juventud, como digo, no solo no se rebela, sino que se avergüenza de su situación y, por ende, se siente culpable y responsable de la misma, e intenta zafarse de ese sentimiento de culpabilidad haciéndole el juego a las marcas y al malintencionado discurso que promueve la necesidad de autosuficiencia; tratando, así, de demostrar que son invulnerables, y estando, además, dispuestos a dejarse despellejar por lucir un logotipo o expresar una idea que simbolizan el éxito.
Jesús de la Palma
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