La culpa mata

Hemos de ser cautelosos con el sentimiento de culpa, no presentarnos a las puertas de la eternidad. La culpa mata. Se cobra víctimas diarias en forma de suicidio. El padre de Schopenhauer se suicidó. Recuerdo haber leído que a causa del dolor producido por una infección de oído. Hoy existen los antibióticos. Es cuestionable, a no ser en casos extremos, la idea de alguien se suicide hoy a causa del dolor. Tampoco, al menos en Occidente, es común que la gente se vea empujada al suicidio por no tener qué echarse a la boca. Pero los tentáculos del poder, que generan pobreza entre la mayoría, llegan más allá del plano físico y se adentran en lo más profundo de la conciencia, generando un sentimiento de culpa asesino. Sin embargo, la falacia de la autosuficiencia, del individuo por encima de la colectividad, tan extendida entre el imaginario colectivo y practicada por los mal llamados "entrenadores emocionales", e ideada por los gobernantes de turno y la élite financiera, elude una realidad insoslayable, y es que todos dependemos de todos, y que son unos pocos quienes se aprovechan y oprimen al resto para su ilícito y desmesurado enriquecimiento. Hemos de ser cautelosos con el sentimiento de culpa, pues, como asegura Sócrates en el "Protágoras", de Platón: «El hombre de bien puede hacerse malo, o por el tiempo, o por la fatiga, o por la enfermedad, o por algún otro accidente».  Así, prosigue: «Ser un hombre bueno no es posible, manteniéndose bueno hasta el fin, y por encima de todo son los mejores aquellos a quienes los dioses aman».
Jesús de la Palma 

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