Día mundial de la prevención del suicidio

Me permitiré hoy una ligera dosis de pesimismo y circunspección, pues estoy de luto. Hoy es el Día mundial de la prevención del suicidio, y yo estoy cada vez más convencido de que la humanidad no tiene solución. Ligotti y Mainländer llevan razón. Habrá, seguro, alguien que piense que ese el propósito de los poderosos: que pensemos que no hay solución. Pero si uno echa la vista atrás y mira al frente a continuación; a lo que tiene delante, verá que todo es the same old shit. Unos pocos masacrando a la multitud y viviendo a su costa. Explotación y adoctrinamiento; represión y censura. De mil maneras diferentes, sí; pero, al final, lo de siempre, the same old shit. Un documental de Disney popularizó la idea de que los lemmings, unos pequeños roedores que se alimentan principalmente de hierba, raíces y frutos, se matan en masa, pero su historia es otra. No hubo ningún suicidio en masa: fueron acorralados y lanzados deliberadamente al agua. Según una investigación realizada en 1983 por el productor de la Canadian Broadcasting Corporation, Brian Vallee, la escena de los lemmings fue amañada.

Hoy se celebra el día contra la prevención del suicidio, un recordatorio huero e hipócrita propio de la metamodernidad. Dice Bertolt Brecht en su poema homónimo que hay muchas maneras de matar, entre otras: "Quitarte el pan. No curarte de una enfermedad. Meterte en una mala vivienda. Empujarte hasta el suicidio". Todas ellas amparadas por el Estado, y es por eso mismo por lo que el Estado, cuando habla del suicidio, como hoy, lo hace con un cinismo helador, asesino; enfocándolo hacia la salud mental y no hacia las condiciones materiales. Desde que se tienen registros (1906), 2020 ha sido el año con más suicidios en España; paradójicamente, el año en que todos salíamos al balcón a aplaudir y a cantar cancioncillas alegres.

Jesús de la Palma