Sabor a almizcle
Yo no sé de izquierda ni de derecha, de lucha obrera o colectiva. Sé de lo que veo, lo que oigo y lo que leo, que es muy poco, y si con algo más comulgo es siempre con lo del que de veras pena. Pero lo mío, mis intereses verdaderos, los que me alimentan el espíritu, son otra cosa, algo fuera mí y de este mundo. Yo solo sé que soy sordo y ciego para tantas cosas que para clamar ya están otros. A mí ahora que ya no clamo y apenas me lamento, a mí ahora, un Dios que cante, que ría y que bostece, que mire a cualquier lado menos aquí abajo, que yo no estoy hecho a la vida ni a lo que seguro vendrá y que no es la vida, porque la vida es tumulto, azar, trompicones y sabor a almizcle, y lo que vendrá detrás de la vida tétrico sosiego, y un Dios con la mirada fija y el dedo tieso es lo que menos necesito para salvar este trance que ni es vida ni es muerte.
Jesús de la Palma
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