Loving Pablo
Anoche vimos en La 1 Loving Pablo, y no entendí por qué una película dirigida por un español y protagonizada por un matrimonio español y ambientada en un país hispanohablante, estaba grabada en inglés con espontáneas muletillas en español. Además de eso tampoco me gustó la trama, quizá esto sea algo personal y nada objetivo, achacable a que a según qué edades y vivencias ya no apetencen los sobresaltos y la violencia explícita. Tampoco me gustaron ellos, los actores; el matrimonio, a ellos me refiero, y esto porque no terminaron de convencerme en sus papeles; sobre todo él, que no es que lo hiciera mal, sino que no le iba el papel a mi modo de ver. Tampoco me gustó la escenificación; quizá será mejor aclarar que no me gustaron algunas escenas concretas, y no por lo estrictamente visual, dependiente del decorado, sino por un histrionismo que consideré fuera de lugar. ¿A qué venía sacar al protagonista con el culo al aire, a no ser por un interés manifiesto y partidista de ridiculizar la figura de Pablo Escobar? Y no es que yo defienda al personaje histórico, pues lo mismo que todos, por una parte, condeno el terrorismo y la barbarie, sean de la índole que sean, en este caso narcoterrorista; pero no me imagino a ningún director de cine en una película de cualquiera de los presidentes de los Estados Unidos, que han iniciado guerras a capricho, otra forma de terrorismo, esta vez de Estado, sacando escenas de ninguno de ellos con el culo al aire para dar mayor sensación de dramatismo y a su vez desprestigiar al personaje.
Jesús de la Palma
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