Escuchar con los ojos y ver con los oídos

-¿Se puede escuchar con los ojos? 

-Y ver con los oídos. Vemos mejor lo que se dice tras las puertas de lo que escuchamos al que tenemos enfrente. 

-¿Se puede vivir la represión en un régimen de libertad? 

-Y la libertad en un régimen represivo, pues ni es oro todo lo que reluce ni estiercol todo lo que hiede. ¿Acaso es deseable la libertad en el desierto?

-¿Es razonable la locura? 

-Cualquier cosa es más razonable que la vida planificada y en común.

-Entonces, ¿qué opinión te merece la razón? 

-¿Cuál, la que asesina o la que construye puentes? Bah, en cualquier caso, la celda de una prisión llena de porquería, sin ventana, y donde nunca se abre la puerta; lo único que se puede hacer allí es barrer la mugre de un lado para el otro.

-¿Y del amor, qué sabes del amor?

-Un poema trágico que nos reconcilia con la vida y nos exime de la muerte.

Jesús de la Palma

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”

Cuajo