Hell on earth

Voy al centro a comerme un helado de Los Italianos y después a darme una vuelta por la feria del libro. Como siempre, y aun con una torre de lecturas pendientes, sucumbo a la tentación y adquiero nuevas lecturas. En esta ocasión, dos libros de Reinaldo Arenas: un epistolario y un misceláneo (poesía, ensayo, epistolario). De vuelta, en una agradabilísima noche, decido dar un pequeño rodeo por la calle Molinos y el Paseo de las Palmas, donde, al final, en el semáforo que da entrada a la Carretera de la Sierra, me fijo en una pareja, también motorista, y más o menos de mi edad. Ambos calzan unas Jordan, lo que me llama la atención, así que subo mi escrutadora mirada y reparo en un tatuaje de él, justo encima del codo: un triángulo que encierra una frase. "La vida mola", dice. Entonces me miro la mano: "Hell on earth", llevo ahí tatuado. Ellos giran a la izquierda, en dirección a Cenes de la Vega, yo, a la derecha. Mientras me alejo, me pregunto qué pensaría él en el momento de hacerse el tatuaje, y me imagino que, como todos, estaría orgulloso, e intuyo que lo seguirá estando; recuerdo entonces que cuando salí del estudio de tatuarme la mano derecha, otro cliente me preguntó qué significaba aquella frase mía, y al yo responderle: "El infierno en la tierra"; este replicó: "Anda que no".

Jesús de la Palma

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