Retroceso

Pareciera ser que durante algunas décadas, los ahorros familiares, la vivienda en propiedad y el dinero en efectivo funcionaban como pequeños bastiones físicos y emocionales contra los abusos de poder, en España uno podía incluso hablar de progreso, de democracia; el derecho a voto tenía sentido; hoy, el individuo, además de esclavizado, no tiene sensación de arraigo, no maneja dinero en efectivo, se le ha despojado de la capacidad de ahorro, difícilmente tiene acceso a la vivienda en propiedad y, en consecuencia, carece de ese sentimiento de arraigo emocional que le permita aferrarse a un ideal por el que luchar; hoy el individuo principalmente tiene miedo, el miedo que le inocula la propaganda gubernamental, un miedo que lo paraliza física y mentalmente: miedo a la enfermedad, miedo a la muerte, miedo a las instituciones, miedo al desahucio, miedo a perder el tren del consumo, miedo al estigma, miedo a pensar, miedo a expresarse. Hoy pareciera ser que desandamos con la vista al frente, sin conciencia del retroceso.

Jesús de la Palma

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”

Cuajo