La caída de Dios no ha impulsado al superhombre, como predijo Nietzsche, por el contrario, ha abierto la veda para que charlatanes de todo tipo, mal llamados "entrenadores motivacionales", campen a sus anchas entre los vastos llanos de la estupidez.

Jesús de la Palma

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”

Cuajo