Quince minutos

Son tiempos peligrosos, tiempos de desprestigio político, donde la palabra de cualquier dirigente mundial no vale más que el papel mojado; la verdad ha pasado a ser excepción y ha dejado a la mentira ocupar su lugar. Los acontecimientos transcurren a la velocidad de la luz, y los medios de comunicación solo se preocupan del ciberanzuelo; los "quince minutos de gloria" de Warhol han alcanzado su cénit, y eso, en un mundo globalizado, donde imperan la pobreza y la incertidumbre, es la llama que prende la mecha.

Jesús de la Palma

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