Rousseau

Este virus nació en China (al menos eso nos han contado), vivo ejemplo de la masificación humana, y gracias (en este caso por desgracia) a la globalización, se ha extendido por el mundo como aquel manto de peste tan ilustrativo de la afamada película protagonizada por Charlton Heston, "Moisés". Este virus no solo va a dejar un reguero de víctimas mortales a su paso; también un cambio de paradigma económico que, seguramente, causará más víctimas que el propio virus; ya  Rousseau, hace tres siglos, nos apercibía a este respecto en su "Emilio, o De la educación", a saber: "Los hombres no son para que vivan amontonados en hormigueros, sino esparcidos sobre la tierra que deben cultivar. Mas ellos se reúnen y ellos se corrompen. Las enfermedades del cuerpo así como los vicios del alma, son el efecto infalible de esta concurrencia. El hombre es, de todos los animales, el que menos puede vivir en manada, así, los hombres hacinados como carneros, se morirían en poquísimo tiempo. El aliento del hombre es mortal para sus semejantes. Esta expresión no es menos verdadera en sentido propio que en sentido figurado. Las ciudades son el sumidero de la especie humana. Al cabo de algunas generaciones perecen o degeneran; deben ser renovadas, y es siempre el campo lo que logra esta renovación. Enviad, pues, vuestros niños a que se renueven, por decirlo así, y a que recuperen en el campo el vigor que se pierde respirando el aire contagioso de los lugares demasiado poblados".
Jesús de la Palma

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