No a la guerra
Poco después del "no a la guerra" sobrevino la gran estafa bancaria que desahució a miles de familias y originó una oleada de suicidios de la cual nunca conoceremos los datos reales. La España del "sí, se puede" está tan desmoralizada que ni siquiera tiene fuerza para gritar que pasa hambre. Hoy, las gentes de a pie, sufrimos un nuevo envite, y aún es pronto para cuantificar los daños colaterales de "los aplausos a las ocho" y el "resistiré", porque el terremoto está en su punto álgido. Que no te gobiernen con eslóganes: "ten el valor de servirte de tu propia razón".
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