La naturaleza de las cosas

La vida de cada uno de nosotros, como diría Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación), "si se abarca en bloque y en general, destacando tan solo en los rasgos principales, es una tragedia, y solo desmenuzada en sus detalles tiene el carácter de comedia"; por esto, cuando Lucrecio (De la naturaleza de las cosas II), al decir que "es dulce , cuando sobre el vasto mar los vientos revuelven las olas, contemplar desde tierra el penoso trabajo de otro, no porque ver a uno sufrir nos dé placer y contento, sino porque es dulce considerar de qué males te eximes", me recuerda que siempre se ha de mostrar buen talante en los encuentros fortuitos y un tono risueño en las llamadas intempestivas, ya que, sobre todo en estas últimas, cualquiera que desee saber de ti de tanto en tanto, en su fuero interno, y para mitigar su parte de angustia, esa inherente sensación de decepción que habita en cada uno de nosotros, anhela encontrarte en desdicha.

Jesús de la Palma

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