J. J. Rousseau, "Emilo, o De la educación".

"Desventurado el siglo en que las mueres pierden su ascendiente y sus juicios no valen nada para los hombres. Ese es el último grado de la depravación. Todos los pueblos que han tenido buenas costumbres han respetado a las mujeres. Véase Esparta, los germanos y Roma; Roma, el emporio de la gloria y la virtud, si alguna vez la ha habido en la tierra".

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