Unberto Eco, "Migración y tolerancia".

La intolerancia salvaje se ataja de raíz, a través de una educación constante que empiece desde la más tierna infancia, antes de que quede escrita en un libro y antes de que se convierta en una corteza conductual demasiado espesa y dura.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

Lecturas nocturnas

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”