Karl R. Popper, "La miseria del historicismo".

El problema político, por tanto, es organizar los impulsos humanos de tal forma que dirijan su energía a los puntos estratégicos adecuados y piloten el total proceso de desarrollo en la dirección deseada. (...) Porque los que no gustan de vivir en sociedad solo demuestran por este hecho que aún no son aptos para vivir en ella; que sus impulsos humanos necesitan ser organizados más aún.

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