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Mostrando entradas de septiembre, 2020

Karl R. Popper, "La miseria del historicismo".

El problema político, por tanto, es organizar los impulsos humanos de tal forma que dirijan su energía a los puntos estratégicos adecuados y piloten el total proceso de desarrollo en la dirección deseada. (...) Porque los que no gustan de vivir en sociedad solo demuestran por este hecho que aún no son aptos para vivir en ella; que sus impulsos humanos necesitan ser organizados más aún.

Hace unos meses, el efímero fenómeno de la cacerolada se extendió por todo el territorio nacional, y fue una lástima que, por falta de un criterio fundamentado por parte de la ciudadanía, se politizara, puesto que de este modo, perdió crédito y, por ende, fuerza. Que España va a la deriva es un hecho, y lamentablemente, también lo es que sus gobernantes no tienen trazada una hoja de ruta; ni siquiera algo que se le asemeje, y lo que sucede con los problemas que no se solucionan es que se acumulan, o, como diría aquel, que se hacen bola. Karl Popper, en La miseria del historicismo , refiere que "las revoluciones sociales no las traen los planes racionales, sino las fuerzas sociales". Por lo que uno no puede sino pensar que mejor una cacerolada a tiempo, a tener que reclamar los derechos por la fuerza, porque para ese tiempo, cuando todo es miseria y desesperación, la razón se relega a un segundo plano. Jesús de la Palma

Karl R. Popper, "La miseria del historicismo".

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"El interés científico por las cuestiones sociales y políticas no es menos antiguo que el interés científico por la cosmología y la física. (...) Con Galileo y Newton la física hizo avances inesperados. (...) Pero las ciencias sociales no parecen haber encontrado aún su Galileo".
Con los años se termina comprendiendo el complejo entramado social que se ha estructurado para hacer más soportable y duradera la existencia, pero aún se sigue sin entender el porqué de la misma. Jesús de la Palma

Marx y Engels, "Manifiesto comunista".

El Manifiesto comunista es un texto utópico, y como tal, ha de ser leído con una conciencia crítica, lo cual no exime de que se encuentren pasajes más que aprovechables; visionarios, en ocasiones, y humanos, muy humanos, en otras, a saber: "Las ideas dominantes de una época nunca han sido otra cosa que las de la clase dominante. (...) Los obreros no tienen patria, no se les puede quitar lo que no tienen. (...) Educación pública y gratuita de todos los niños. Eliminación del trabajo infantil en las fábricas en su forma actual".

Marx y Engels, "Manifiesto comunista".

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"Los medios de producción y comunicación, las relaciones de propiedad burguesas, la moderna sociedad burguesa, que tan expectaculares medios de producción y comunicación se ha sacado del sombrero, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias subterráneas que él mismo ha conjurado".

F. Engels, "Los movimientos de 1847".

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"Seguid, pues, luchando con valentía, nobles caballeros del capital. (...) Tenéis que dictar leyes, tenéis que gozar al resplandeciente sol de la majestad que habéis creado, tenéis que celebrar banquetes en la sala regia y pedir la mano de la hija del rey, pero no lo olvidéis: <<El verdugo está de pie ante la puerta>>".
"En materia de conocimiento, lo máximo a lo que puede aspirar un hombre es a comprender que la realidad es interpretativa". Jesús de la Palma

Benito Pérez Galdós, "Episodios nacionales (Trafalgar)".

"Medio siglo después me acordé de D. José María Malespina, y dije: <<Parece mentira que las extravagancias ideadas por un loco o un embustero lleguen a ser realidades maravillosas con el transcurso del tiempo>>. Desde que observé esta coincidencia, no condeno en absoluto ninguna utopía, y todos los mentirosos me parecen hombres de genio".

Benito Pérez Galdós, "Episodios nacionales (Trafalgar)".

"Un hombre tonto no es capaz de hacer en ningún momento de su vida los disparates que hacen a veces las naciones, dirigidas por centenares de hombres de talento".

Padre e hijo

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Acabo de conocer que Paul Newman tenía un hijo, Scott (a la derecha), y que falleció a causa de una sobredosis en 1978. Estas noticias son contradictorias, ya que entristecen y serenan al mismo tiempo: hacen del mundo un lugar más humano porque nos disculpan muchos errores. Jesús de la Palma

Benito Pérez Galdós, "Episodios nacionales (Trafalgar)".

"Ese señor Godoy es un alma de cántaro. (...) Parece que por su linda cara le han hecho ministro. Así andan las cosas de España; luego, hambre y más hambre... Todo tan caro... La fiebre amarilla asolando Andalucía... Está esto bonito, sí, señor...".

Obediencia y autoridad

Los medios de comunicación, con el beneplácito de los gobiernos, nos han asediado, y siguen haciéndolo, con cifras de víctimas y de infectados, nublando el ambiente con un manto de terror que se apodere de nuestras conciencias, para que cuando azoten el hambre y la desesperación, no tengamos capacidad de reacción frente a los poderosos. Stanley Milgran, en su ensayo "Obediencia a la autoridad", recoge los resultados de varios controvertidos experimentos realizados en los sesenta que demostraban que estamos programados para obedecer hasta llegar a la crueldad entre iguales". Jesús de la Palma

Sara Mesa, "Perder el miedo (un manual para la vida)".

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"Hoy día el autoritarismo familiar se disfraza de paternalismo y sobreprotección. Padres que vuelcan sus complejos y ambiciones en esas pequeñas criaturas indefensas que se llaman hijos y los torturan con clases obligadas en el conservatorio, inglés mayor nivel, extraescolares varias o ballet; reencarnaciones del espíritu de don Avito Carrascal, el protagonista de la novela Amor y pedagogía, de Unamuno, que aseguraba: <<Tómese un niño cualquiera, digo, tómese desde su estado embrionario, aplíquesele la pedagogía sociológica y saldrá un genio".

Benito Pérez Galdós, "Episodios nacionales (Trafalgar)".

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"El único ser que compensaba la miseria de mi existencia con un desinteresado afecto, era mi madre. (...) En aquella edad de miseria y vagancia, yo no me ocupaba más que en jugar junto a la mar o en correr por las calles. (...) Mi espíritu no había conocido aún ninguna emoción fuerte y verdaderamente honda, hasta que la pérdida de mi madre me presentó a la vida humana bajo un aspecto muy distinto del que hasta entonces había tenido para mí. Por eso la impresión sentida no se ha borrado nunca de mi alma".